Además del estudio exploratorio sobre
tenencia y usos de la tecnología en el aula del cual se ha hablado, es necesario
retomar el modelo pedagógico, replantearlo con base en los fundamentos que lo
sustentes, reformular las competencias de tipo tecnológico, desarrollar
propuestas para el aprendizaje por proyectos, definir claramente cuales son la
herramientas con las cuales se cuenta y propiciar el trabajo de aula desde allí.
Las capacitaciones a docentes son de gran ayuda pedagógica en cuanto al uso de
tecnologías móviles.
Rediseñar los planes de área e insertar
las unidades adecuadas que definan estos elementos, en igual medida se debe
incorporar estrategias que faciliten la apropiación y auge del uso de este tipo
de tecnología en el aula. Cambiar la concepción prescrita que los móviles
interrumpen clases, distraen, producen efectos negativos en los jóvenes; la
correcta visión de sus usos y posibilidades acabaría con la brecha de sus
desventajas fundadas por algunos docentes en el aula.
Medios visuales y textuales como las
redes sociales, podrían repensarse para dirigir el trabajo colaborativo y
fundar la capacidad de síntesis profundizando en la producción textual y las
interacciones o las actividades desarrolladas en equipos.
El diseño de materiales en el aula es otros factores para ver la utilidad de las tecnologías móviles; un sitio web es posible visitarlo y consultarlo en un teléfono celular, al igual que una cuenta en cualquiera de las redes sociales. Se abren de este modo posibilidades para los textos como medios para interactuar entre pares y alimentar por ejemplo un Foro de tipo social. Se debe cambiar la concepción de la clase en cualquiera de las áreas del plan de estudios, en el sentido de aprovechar el potencial de una red inalámbrica para promocionar materiales didácticos en audio y video, proyectar películas o documentales y propiciar las actividades y organizadores visuales para el aprendizaje.
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